jueves, 27 de mayo de 2010

El Otro Bicentenario - Pablo Quival / ORCOPO

Desde la visión como Pueblos Originarios podemos afirmar que el sueño occidental de englobar a toda la humanidad en su lógica capitalista del progreso se hizo realidad y pasó a ser una pesadilla, que se manifiesta como crisis civilizadora. En la práctica ese progreso sin límites, pisoteando al otro, destruyendo y contaminando el ecosistema, nos lleva rumbo a la destrucción final de la vida y la naturaleza.

En el sur del Abya Yala, en Argentina desde el Gobierno se convoca a festejar el bicentenario, de la revolución que llevaría a la independencia a las provincias unidas del Río de la Plata, es válido para los que entienden esa forma de progreso, pero se habla del Bicentenario de la “Patria Grande”, de “América Latina” en honor a la verdad la primera y más importante no es la de 1810, sino la de 1804, la de Haití donde mestizos y descendientes africanos traídos como esclavos, después de insurrecciones y luchas sangrientas concretan una experiencia revolucionaria más original de la modernidad, tomaron el poder, hicieron la constitución declarando la igualdad de todos. Mucho más profunda que la declaración de los derechos del hombre de la Revolución Francesa, que daba paso al surgimiento de un nuevo orden hegemónico, y éste no iba a permitir que Haití sea visto como ejemplo, muy peligroso para sus intereses. Lo destruyeron convirtiéndolo en el país más pobre del mundo con invasiones y dictaduras hasta hoy, terminando con la rebeldía de un pueblo. Y lo mismo hicieron con Paraguay y Bolivia.

En la Argentina se va a festejar, pero los Pueblos Originarios junto a movimientos sociales y representantes de todos los estamentos y constructores de lo nuevo, nos manifestamos por la Vida, participamos por el otro “Bicentenario”.

Vemos una oportunidad para invitar a la reflexión, interpelar interpelándonos, revisar el cristal con el cual miramos la historia, analizar nuestra estructura mental patriarcal para concebir y/o formar ideas, y saber si somos capaces de superar toda forma de dogmatismo pensando con cabeza propia. Es la memoria que debe fluir, la memoria de los oprimidos, recuperando nuestra historia, y así que pueda surgir un espíritu comprometido en defensa de la vida y la naturaleza, más allá de que estemos parados sobre montañas de huesos y ríos de sangre seca producto de la colonización.

Sin duda lo peor es la colonización mental, contra ella es la pelea individual, para luego plantear en lo social la descolonización del continente, en lo institucional hay que descolonizar el sistema de representación política que nos incluye, para ello se necesita más participación real, es decir una verdadera fuerza.

Hasta ahora la fuerza de ellos es la debilidad de nosotros, ésa es su fuerza, ellos no tienen fuerza social ni organizada o posible de estructurar, pero sí cabalgan sobre nuestra debilidad, que es la ausencia de “política”, que la tendremos superando un problema filosófico de QUIENES SOMOS, QUE QUEREMOS, A DONDE VAMOS.

Ahora es el cuando, es el nuevo tiempo, el PACHACUTI.

Los Pueblos Originarios junto a campesinos, criollos, intelectuales, científicos, trabajadores de todos los ámbitos, desocupados, en toda la diversidad cultural, con todas las naciones indígenas, dentro de este estado argentino nos constituimos en sujetos políticos artífices de nuestro propio destino. Si nos definimos que somos hijos de la tierra, que queremos vivir bien, vamos a la unidad continental para terminar con el capitalismo y salvar el planeta, les demostraremos que los Pueblos Originarios y todos los oprimidos no somos el problema, ¡SOMOS LA SOLUCIÓN!

Terminando con nuestras contradicciones seremos una gran fuerza como la naturaleza, que cuando ella avanza nada la detiene en su paso. Cambiando las palabras de Evo Morales decimos: “Vamos a cambiar la Argentina para cambiar el mundo”. “Debemos cambiar el mundo para cambiar la Argentina”.
¡HALLALLA! Pueblos del Mundo en Lucha
Que Vivan Los Pueblos del Mundo en Lucha

Pablo Quival-Comunidad Originaria Quilmes – en Orcopo

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